viernes, 25 de septiembre de 2020

COOPERACIÓN Y ALIANZA MUTUA ENTRE ÁFRICA Y EUROPA: EL PAPEL DE LA DIÁSPORA EN LA COOPERACIÓN TRIANGULAR (Elie Ayurugali).

Nuevo modelo de cooperación

Resumen de la conferencia: defendemos la actuación conjunta de Europa y la Diáspora africana a favor del continente africano para hacer más eficiente y eficaz la transferencia de recursos, obteniendo avances significativos y estables para el desarrollo.

https://elmundotraselcovid19.com/

Buenas tardes:

Gracias por organizar este Forum para afianzar las relaciones entre Europa y África. Gracias por invitarme a participar. Y gracias por la atención de todos los participantes.

En esta conferencia defendemos la necesidad de una actuación conjunta entre Europa y la Diáspora africana a favor del continente africano. Sólo de esta forma, la transferencia de los recursos será eficiente y eficaz y todas las partes ganaremos.

Aunque parezca mentira, hasta la fecha, las relaciones entre África y Europa no son buenas. Hay ciertos acontecimientos históricos que permanecen en el imaginario de unos y de otros. Hay muchos prejuicios de unos hacia otros. Hay un desconocimiento mutuo. Hay, en definitiva, una desconfianza mutua.

La diáspora africana que se encuentra entre las dos partes es, también un desconocido. No somos tenidos en cuenta en la elaboración de las políticas de cooperación y desarrollo. No somos tenidos en cuenta por los inversores europeos y africanos. Sin embargo somos la parte más preparada para estas tareas. Conocemos bien nuestros países de origen. Y conocemos nuestros países de acogida. Hemos recibido la formación en las escuelas profesionales europeas. Somos los mejores para preparar y ejecutar obras de cooperación y desarrollo en África; somos los mejores representantes de los inversores europeos en África y de los inversores africanos en Europa.

¿Por qué somos los mejores en estas tareas de inversión, cooperación y desarrollo de África? Porque tenemos dos manos:

  • una mano de cooperación y desarrollo: estamos acostumbrados a enviar remesas a nuestras familias y amigos para financiar sus débiles economías.

  • una mano de inversor: tenemos pequeños proyectos de inversión en África que nos dan frutos que invertimos de nuevo en el desarrollo de nuestros pueblos.

Esto quiere decir que somos profesionales en dos campos:

  • cooperación y desarrollo

  • inversión

Toda persona que cuente con nuestra experiencia tiene el éxito garantizado. Pero la realidad es que son pocas las empresas, los organismos y los gobiernos europeos que cuentan con nuestra profesionalidad. Por eso este Forum es muy importante para nosotros la Diáspora, para los inversores y para los organismos internacionales. Somos vuestros mejores aliados. Queremos lo mismo que vosotros. Queremos que todos ganemos sin que nadie pierda.

En esta conferencia defendemos la necesidad de una actuación conjunta de Europa y de la Diáspora a favor de África. Sólo de esta forma, la transferencia de los recursos será eficiente y eficaz y todas las partes ganaremos.

A mi modo de ver, hasta ahora:

1.-LOS INVERSORES TRADICIONALES,

  • más que invertir, explotan los recursos naturales

  • ordeñan la vaca sin alimentarla

  • sólo ellos se benefician de sus inversiones, en complicidad con los dirigentes africanos corrompidos.

  • contribuyen al empobrecimiento del continente africano

  • por eso rechazamos este modelo de inversores que no son más que saqueadores de los recursos naturales.


Hoy día:

2.-LAS POLÍTICAS EUROPEAS DE COOPERACIÓN Y DESARROLLO DE ÁFRICA QUIEREN

  • centrarse en favorecer el logro de los objetivos de un desarrollo sostenible

  • erradicar la pobreza en el mundo,

  • construir las resiliencias de las personas y comunidades,

  • reducir las desigualdades socioeconómicas,

  • defender los derechos humanos y las libertades fundamentales

  • promover un crecimiento económico inclusivo,

  • promover la conservación del planeta y la lucha contra el cambio climático

  • estos objetivo son nobles. Sin embargo creemos que pueden fracasar, igual que fracasaron los anteriores objetivos, que eran tan nobles como estos.

  • creemos que la fiscalización de las políticas de cooperación y desarrollo de África no es eficiente

  • hasta ahora sus resultados son, francamente, insuficientes

  • no contribuyen al desarrollo de los pueblos. Sólo unos pocos se benefician de estas inversiones.

  • creemos que hay que mejorar estas políticas de cooperación y desarrollo que durante muchos años se olvidaron de los derechos humanos y del fortalecimiento de las instituciones democráticas. Sólo apoyaban al “hombre fuerte de turno” y practicaban la estrategia del avestruz.

  • Por eso necesitan la colaboración de la diáspora africana para que sus políticas de cooperación y desarrollo de África logren sus objetivos.


3.-LA DIÁSPORA

  • conoce el continente africano

  • adquirió su formación profesional en las escuelas europeas

  • participa en el fortalecimiento del estado de bienestar europeo

  • como hemos dicho antes, es a la vez donante e inversor en África

  • contribuyen a la estabilidad económica de los pueblos africanos

  • tiene conocimiento del medio pero no tiene recursos suficientes

  • está comprometida con el desarrollo de los pueblos africanos.

  • conoce la idiosincrasia tanto africana como europea

  • es el mejor aliado para los dirigentes europeos y para los inversores modernos


4.-LOS INVERSORES MODERNOS

  • buscan beneficios bilaterales

  • su modelo de inversión y cooperación combate el saqueo de los recursos naturales africanos

  • están convencidos que el desarrollo de África es beneficioso para sus intereses.

  • tienen recursos para invertir pero no tienen profesionales que conocen la idiosincrasia africana.

  • la diáspora es su mejor mano de obra.

  • somos vuestros mejores aliados.

  • somos los mejores para proteger vuestros intereses en África.

  • somos los mejores para que el pueblo africano se beneficie de vuestras inversiones

  • somos la garantía del éxito de vuestros proyectos en África.


POR ESO PROPONEMOS A LOS INVERSORES MODERNOS Y A LOS DIRIGENTES EUROPEOS LO SIGUIENTE:

  • contad con la diáspora africana para elaborar las políticas europeas de cooperación y desarrollo África

  • aprovechad la profesionalidad de la diáspora africana para elaborar, ejecutar y evaluar los proyectos de cooperación y desarrollo de África

  • elegid las fortalezas y la profesionalidad de la diáspora africana para invertir en África

  • la diáspora africana en Europa somos profesionales, conocemos bien el medio africanos y estamos dispuestos a rendir cuentas según los cánones europeos. Damas y caballeros, somos vuestro mejor aliado.

    GRACIAS.


sábado, 1 de agosto de 2020

La inmigración en cifra (2019)

El número de extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor a 31 de diciembre de 2019 ascendía a 5.663.348. La clasificación, según el tipo de régimen jurídico que se aplica a cada extranjero, sitúa al 60,7% (3.435.034) de los extranjeros en Régimen de Libre Circulación UE y al 39,3% (2.228.314) en Régimen Generali. Con estos datos de 2019ii, las 15 nacionalidades más numerosas suman el 73,8% del total. Ocho de ellas corresponden a países de la Unión Europea, entre los que se encuentran Rumanía, Reino Unido e Italia. Entre los colectivos más numerosos de países de fuera de la Unión Europea se sitúan los nacionales de Marruecos, China, Ecuador y Colombia, cada uno de ellos por encima de los 100.000 residentes. Les sigue Venezuela con 99.134 extranjeros.


Si nos centramos en la inmigración de procedencia africana, según los datos del INE, en 2019 había 1.222.409 inmigrantes en Españaiii, de ellos, 813.587 proceden de Marruecos. Si hablamos de África Negra, Senegal es el país desde el que proceden más inmigrantes (71.020). Merece la pena realizar un recorrido global sobre el número de inmigrantes en España según las nacionalidades africanas en 2019: Angola (1.571), Argelia (63.182), Benin (338), Burkina Faso (1.278), Cabo Verde (2.769), Camerún (6.240), Congo (1.482), Costa de Marfil (4.255), Egipto (4.026), Etiopía (584), Gambia (20.387), Ghana (17.669), Guinea Conakry (10.811), Guinea Ecuatorial (13.221), Guinea-Bissau (4.420), Kenia (1.329), Liberia (236), Mali (25.011), Marruecos (813.587), Mauritania (8.184), Nigeria (39.306), República Democrática del Congo (975), Senegal (71.020), Sierra Leona (689), Sudáfrica (1.434), Togo (451), Túnez (2.291), Resto de África (5.663). Obviamente no cuentan los inmigrantes que han adquirido la nacionalidad española, ni se reflejan aquellos que aun no han sido registrados por el Ministerio del Interior (que son unos pocos). Si restamos la inmigración procedente del Magreb (Mauritania, Marruecos, Argelia, Egipto, Túnez y Libia)iv, estaríamos hablando de en torno a 300.000 inmigrantes de procedencia de África Negra las personas que necesitan una estrategia de inclusión diferenciada, en su mayoría, personas solteras y sin hijos en España.


Obtén información gratuita sobre trámites necesarios | Ayuda sociojurídica | Tu trabajador social

sábado, 6 de junio de 2020

Inmigración y patria

Ningún inmigrante empieza su itinerario desde cero. ¡Ojalá fuera así! Porque de esta forma sería más fácil retomar la vida desde donde la dejamos. Por desgracia repensamos nuestro itinerario inmigratorio desde el peso de nuestro pasado. Aquello que dejamos en nuestra tierra natal redimensiona nuestra forma de ser en la tierra de acogida. Incluso para aquellas personas que hemos abandonado nuestras tierras porque se habían convertido en un infierno para nosotros, hay momentos en que nos invade la tristeza al preguntarnos cómo habría sido nuestra vida en la tierra que nos vio nacer.


Con los años he aprendido que ser feliz en la tierra de acogida no depende del éxito material o sentimental que podamos tener; depende de nuestra capacidad de resiliencia, sobreponernos a los estímulos adversos que vamos encontrando a lo largo del camino, levantar el vuelo sin tocar tierra. No enfadarse cuando algún malnacido (o bienparido según sus criterios) te recuerde insistentemente que no eres de aquí aunque lleves más de la mitad de tu vida en la tierra de acogida. Sonreír cuando alguien te diga que hablas la lengua tan bien como los nativos.


Personalmente pienso que ser nativo o no, no debería ser ningún condicionante para vivir en este mundo. Somos pasajeros de un tren que acaba en el mismo punto de partida: la nada. Eramos la nada antes de nacer y seremos la nada después de morir. Poco importa que haya quienes hablen bien de ti: vivir muriéndose es asunto que cada cual debe resolver en su intimidad. La misma intimidad en que nos encontramos la primera vez que nos enamoramos. Por eso me gusta pensar que para los inmigrantes, la patria natal es como el primer amor que creímos único pero que nunca llegó a buen puerto: un simple recuerdo que nos acompaña todo el resto de nuestra vida. Un amor tan real como irreal que, mal vivido, puede frustrar nuestra felicidad. En cambio, la patria de acogida es como la segunda oportunidad que tenemos para enamorarnos y casarnos. La auténtica patria es aquel lugar donde realizamos nuestros sueños.

lunes, 20 de abril de 2020

P. ANTONIO VÁZQUEZ, MERCEDARIO (1925-20/04/2020)

Me acuerdo que esa mañana salimos de Salamanca hacia Villafranca de los Caballeros (Toledo) para asistir al entierro de la madre de un compañero de Comunidad. Mari Carmen (que en paz descanse), nos preparó unos filetes para comer durante el camino. En la mochila teníamos dos barras de pan, filetes, servilletas, refrescos y agua. El P. Antonio añadió unas latas de sardinas porque siempre que podía, evitaba comer carne. Paramos en las colinas de Ávila para comer entre pinos. Fue cuando nos dimos cuenta que no habíamos traído ni un abridor de latas, ni un cuchillo. ¡El P. Antonio abrió las latas con una piedra! Doctor en Psicología, Decano de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca, consejero espiritual de muchos sacerdotes y Superior de Comunidad. Toda una eminencia intelectual abriendo latas de sardinas con una piedra.

Del P. Antonio y sus chistes de “Jaimito” (que el P. Manuel, en paz descanse, no lograba captar), puedo hablar durante horas y horas sin parar. Esta mañana cuando leí lo que nuestro compañero Xavier Pikaza escribe sobre él, se lo envié a otro hermano que se encuentra en Burundi, y éste me hizo una observación: Pikaza olvidó mencionar “dos aspectos importantísimos o digamos tres: la pesca, las castañas y la colección de piedras de valor y de insectos. Pikaza se ha ido por los libros hasta olvidarse de que gozaba de la vida como es”. Pierre dando siempre en el clavo. Efectivamente, el P. Antonio se sentía orgulloso de la colección de sus piedras, y te podía explicar los detalles de las piedras durante horas y horas.

Al P. Antonio le gustaba hablar. Cuentan las leyendas que, una noche, los estudiantes le dejaron en el salón hablando con su hermano el P. Lois y los encontraron al día siguiente debatiendo todavía sobre Santa Teresa.

El P. Antonio introdujo la informática en la Comunidad de Salamanca. Y nos explicaba a todos cómo manejar ese invento, en 1995. Cuando yo estaba redactando mi trabajo de fin de carrera me regaló un portátil viejo pero que me sirvió para disertar sobre la Pneumatología bajo la dirección de Xavier Pikaza.

El P. Antonio era divertido. Yo solía quedar con él en Salamanca durante las vacaciones. Después de cenar me acompañaba para ver alguna película. Pero cuando había besos (y no digamos sexo), me pasaba un periódico y él se quedaba con otro, y así no veíamos las escenas de "alta tensión".

El P. Antonio era amigo de los animales (con él aprendí algo de Etología) y me ayudó a enterrar a Titán (uno delos perros que teníamos en la Comunidad). Gorbí se escapó, Titán se deprimió y murió de pena. Mientras preparaba el hoyo en el jardín, el P. Antonio me preguntaba si yo pensaba si había un cielo para los “animalitos”.

Cinco años conviviendo juntos dan para muchas anécdotas. Y cada persona que le ha conocido tiene una anécdota para contar. Espero ansioso un libro sobre su vida. Tengo el honor de haber publicado un artículo en un libro coordinado por él sobre “50 años de la Comunidad de Vera Cruz” en Salamanca y tengo el honor de haber compartido uvas con él y con Pierre.

El P. Antonio era despistado. Muy despistado. Un día que nos llevaba a la Universidad, fue a parar detrás de unos coches aparcados en doble fila y nos preguntaba porqué no se movían. “P. Antonio, están en doble fila”. “Ah, sí. Es verdad”. Pero no se despistó en la bondad. No creo que se haya despistado en el camino hacia el Padre. Allí se habrá encontrado con el P. Vicente, Sagrario, Mari Carmen, Rosi y el P. Manuel. Precisamente la última vez que le vi fue en la capilla ardiente del P. Manuel en Salamancay me insistía que no me alejara nunca del convento, que la Comunidad de Salamanca seguía siendo mi casa. Si hay alguien tan grande que siempre me ha respetado, ése es el P. Antonio. En lo que sé, el P. Antonio fue un hombre bueno, que se ha marchado hacia el Padre empujado por la COVID-19. ¡Descanse en Paz!
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sábado, 4 de enero de 2020

Ni "raza" ni "personas racializadas"

Imagen encontrada en google.es

En los años ochenta aprendí, en la escuela primaria, que había 3 razas humanas: raza blanca, raza negra y raza amarilla. Fundamentalmente la raza blanca se encontraba en Europa y América del Norte; la raza negra se encontraba en África y la raza amarilla en Asia. Una simplificación que nació en el S. 16 y tuvo su auge en el S. 20. Afortunadamente, a excepción de algunos trasnochados y nostálgicos del pasado, el término “raza” se aplica a los animales domésticos. Pero preocupa la moda de utilizar eufemismos como "personas racializadas"(que curiosamente quienes utilizan esta expresión no han contado con la opinión de aquellos que pretenden defender).
A principios del siglo 20, Franz Boas (el padre de la antropología estadounidense y uno de los fundadores del campo de la antropología moderna) desvinculó los supuestos atributos raciales innatos de la conducta y defendió que es la cultura, no la biología, el factor clave en la explicación de la conducta. La raza no es una realidad biológica; no hay forma de dividir la población humana en “razas” basándonos en determinados rasgos biológicos. Todos los seres humanos compartimos el mismo código genético y las variaciones que se han descubierto no son debidas a genes distintos sino a variantes de los genes que se reparten con distintas frecuencias en las poblaciones. La sangre de un Batwa (pigmeo burundés) podría salvarle la vida a Santiago Abascal por ejemplo, mientras la de su compañero Iván Espinosa de los Monteros podría ser fatal si no se corresponde con el mismo tipo sanguíneo. Es maravilloso descubrir que la sangre de una salvadoreña podría salvarle la vida al Presidente Trump.
Está sobradamente demostrado que ni el tamaño, ni la forma, ni el color de la piel ni el grupo sanguíneo son rasgos determinantes a la hora de definir una “raza”. Los humanos somos todos diferentes pero formamos parte de una misma especie biológica. El color blanco, amarillo o negro de la piel se debe a unos pocos genes que nos protegen contra la radiación solar (siendo la melanina el pigmento que da color a la piel.
Actualmente, la UNESCO considera que “todos los hombres que viven hoy día pertenecen a la misma especie y descienden del mismo tronco", que "la división de la especie humana en “razas” es en parte convencional y en parte arbitraria, y no implica ninguna jerarquía en absoluto” y que "el conocimiento biológico actual no nos permite imputar los logros culturales a las diferencias en el potencial genético, sino que solo deberían atribuirse a la historia cultural de los diferentes pueblos. Los pueblos del mundo actual parecen poseer igual potencial biológico para alcanzar cualquier nivel de civilización.” Por tanto, cuando hablemos de personas, desterremos el uso del término “raza” y sus eufemismos como “personas racializadas”.

sábado, 12 de octubre de 2019

Un premio para los nuevos redentores de cautivos


A finales de los años 1980 conocí a unos religiosos españoles que se definían como redentores de cautivos. Quince años después defendía una Tesina en Teología sobre la redención de los cautivos. Y hace dos años me manifesté delante de la Embajada de Libia en Madrid protestando por la esclavitud de los negros en Libia. Últimamente he tenido la suerte, o la desgracia según se mire, de escuchar relatos de aquellos que fueron esclavizados en Libia. Una auténtica vergüenza para la humanidad y para el mundo que se considera civilizado. Una vez más la historia se repite; una vez más unos pocos ciudadanos levantan la voz para defender a estos “mal nacidos(parafraseando una canción de Jean Jacques Goldman, Là-bas). 

Me pregunto cómo es posible que un pueblo entero asuma la compraventa de negros como una forma de ganarse la vida. Y me sorprende que la Comunidad musulmana no sienta repugnancia hacia sus hermanos que hacen negocio, una vez más,  con la trata de negros. Y me maravilla que los esclavos sigan compartiendo la misma fe con aquellos que les esclavizan. Una vez más las palabras de Thomas Sankara me vuelven a la memoria: no puede haber una misma ética para los pobres y para los ricos. La Biblia o el Corán no pueden dirigirse en el mismo lenguaje a un explotador que a un explotado. Sería necesario dos versiones: una versión para los pobres y una versión para los ricos.

Muchos africanos suelen echar la culpa de la esclavitud a los europeos. En realidad la responsabilidad se reparte entre los propios negros que atrapaban a sus hermanos para venderlos a los árabes, y éstos a los europeos que los llevaban a trabajar como animales en las plantaciones de los colonos en América. Cuando los árabes empezaron a subir los precios de su materia prima, los europeos decidieron ir al mercado de origen y así evitar varios intermediarios. Cuestión de economía. Ni más ni menos. Hoy días son los presidentes africanos que niegan futuros a estos Kiriku y les obligan a caer en la esclavitud.

Los historiadores afirman que el número de negros comprados como maderas y llevados al continente americano para su explotación es espectacular. Desde el principio del siglo XVI hasta hace tan sólo 100 años, “entre diez y quince millones de africanos fueron sacados por la fuerza de África. A este tráfico occidental hay que añadir una cantidad semejante, o aún mayor, que los árabes sacaron por las costas orientales”. Tenemos que empezar a contar de nuevo. La historia se está repitiendo, por desgracias. Los nuevos redentores de cautivos, entre los que se encuentran los antiguos redentores, tienen mucho trabajo. No solo hay que dar alojamiento, comida y legalidad a estos “mal nacidos”: hay que devolverles la dignidad. No pierdo la esperanza. Me sorprende gratamente ver a trabajadoras dando besos a estos pequeños Kiriku, o los responsables de las entidades del Tercer Sector jugando con ellos. Son besos sanativos; son abrazos que reconstruyen la dignidad. El mundo resiste porque hay gente noble y comprometida con la humanidad herida. Reclamos, pues, un premio para los nuevos redentores de cautivos.

domingo, 29 de septiembre de 2019

Integración de los negroafricanos en España: panorma actual


A comienzos del siglo XXI, España pasó de ser un país de emigrantes a un país receptor de inmigrantes. En 1985, el gobierno socialista de Felipe González aprobó la primera Ley de extranjería, seguida por la Ley Orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros en España en 1985. Actualmente, “el número de extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor a 30 de junio de 2019 asciende a 5.535.079[1]. Ocho  de las quince nacionalidades más numerosas corresponden  a  países  de  la  Unión  Europea,  entre  los  que se encuentran Rumanía, Reino Unido e Italia. Los tres representan conjuntamente  casi  un  tercio  del  total  de  residentes  en  España.  Entre  los  colectivos  más  numerosos  de  países  de fuera de la UE se sitúan los nacionales de Marruecos, China,  Ecuador  y  Colombia,  por  encima  de  los  100.000  residentes cada uno de ellos[2].
Las migraciones procedentes de África Negra, aunque siguen siendo minoritarias en España, su aumento significativo en los últimos años es preocupante[3], no solamente por la elevada pérdida de vidas humanas durante la travesía del Magreb y del Mediterráneo, sino también por la dificultad para regularizar su situación administrativa. En efecto, “la mayoría de los inmigrados africanos se instalaron en España de modo irregular, frecuentemente ocupan empleos precarios e inestables, y según las encuestas realizadas a los españoles sobre sus actitudes hacia los inmigrantes extranjeros, los africanos son el colectivo que es juzgado con mayores problemas para su integración en España[4].
El gobierno español reconoce que “la migración que plantea más retos para Europa es la procedente de África: tanto del Norte de África como de África Subsahariana (en especial de África Occidental) y del Cuerno de África”[5]. Mark Hugo López afirma que “el deseo de emigrar no es un objetivo a largo plazo, más bien es algo que tienen en mente muchos subsaharianos”[6]. El continente africano ha pasado de 477 millones en 1980 a 1.250 millones en 2017, y las previsiones indican que la población africana alcanzará 2.500 millones de personas en 2050. Y la “UE y en especial Europa meridional es principal candidato como destino permanente de migración extra-regional africana por sus bajas tasas de natalidad (ínfimas en el caso de Italia y España), sus relativos altos índices de economía informal y por el efecto llamada de las crecientes diásporas africanas instaladas en esos países en la última década”[7].
Independientemente de las causas de la inmigración de los africanos y de las políticas represivas de los gobiernos europeos contra la inmigración irregular, la realidad es que muchos africanos siguen llegando al continente europeo con la esperanza de empezar de nuevo y quedarse permanentemente aquí[8]. De ahí la importancia de diseñar políticas europeas de integración a largo plazo, incorporar los inmigrantes africanos al sistema productivo europeo y ampliar el estatuto de ciudadanía a todas las personas, independientemente de sus orígenes y de su color de piel.
Hoy por hoy, las políticas europeas sobre la inmigración africana no parecen  acertar en sus estrategias para conseguir una inmigración regular que pueda ser absorbida por el sistema productivo europeo, y una adecuada integración de los africanos que se encuentra en Europa. Preocupa el elevado número de africanos que no logran regularizar sus situaciones administrativas (hay que esperar 3 años para iniciar los trámites de residencia) y que se encuentra viviendo en la clandestinidad, al margen de las escasas políticas de integración. Aún así, muchos africanos confiesan que las dificultades que encuentran para vivir en Europa siguen siendo mínimas en comparación con sus perspectivas en África. Pocos inmigrantes africanos muestran el deseo del retorno voluntario a sus países. No vienen a buscar medios para invertir en sus países. Vienen para quedarse, tengan residencia administrativa o vivan en la clandestinidad.
No resulta fácil saber cuántos negroafricanos se encuentran en España, debido precisamente a que muchos no ha podido regularizar su situación administrativa y no cuentan para las estadísticas oficiales. Los llamados “irregulares” no tienen una mínima oportunidad para integrarse en la sociedad española porque la puerta que lleva a la integración es la ciudadanía. Los irregulares no son ciudadanos y están condenados a vivir al margen de las estadísticas administrativas y de las políticas sociales. Son visibles pero no son tenidos en cuenta. Trabajan en el llamado “mercado negro” para vivir al día pero ni pagan impuestos ni entran en las políticas de integración. Son una mano de obra barata para muchos empresarios y los gobiernos no tienen firmes intenciones de intervenir en ese “mercado negro” que está en boga de todos.
Los africanos con residencias administrativas topan con un muro invisible de prejuicios y políticos sin escrúpulo. Por ejemplo en el acceso a los puestos de trabajo, el 66% de las personas encuestadas está de acuerdo con la afirmación que señala que “a la hora de contratar a una persona, se prefiera contratar a un español antes que a un inmigrante”[9]. De esta forma, aunque muchos africanos tengan una formación académica y profesional, su color de piel les arrincona al sector de empleos no cualificados. A esto debe añadirse el miedo que provoca lo desconocido. Ciertamente, al no haber tenido muchas colonias en África, España no ha tenido fuertes vínculos históricos con los africanos, más allá de Guinea Ecuatorial. De vez en cuando hay que volver a explicar a los españoles que África no es un país[10]. Difícilmente se puede llevar a cabo la integración de los africanos si ignoramos su diversidad. Ni todos los africanos son musulmanes, ni todos los africanos son analfabetos. Por eso creemos que las políticas de integración de los africanos tienen que tener en cuenta este plus que afortunadamente otros inmigrantes, por ejemplos los latinoamericanos, no tienen. El color de piel, la diversidad religiosa y cultural, la reciente colonización de los africanos y la llamada “pobreza antropológica” son factores que influyen tremendamente en su integración en las sociedades occidentales. Nuestro lenguaje cotidiano, el aprendizaje del castellano y de la diversidad cultural de los españoles, el marco legal de extranjería y la mentalidad del empresariado español son factores que pueden  facilitar o dificultar la integración de los africanos en España.


[4] Vicente Gozálvez Pérez, “La inmigración irregular de africanos en España, balances y perspectivas” (Comunicado presentada al coloquio Internacional “Migration clandestine: enjeux et perspectives”, 1999) 49.
[6] Mark Hugo López, “El deseo de emigrar en África subsahariana” en Anuario CIDOB de la Inmigración 2018, pp. 64-77, 67.