
Todo aquel que haya intentado realizar algún tipo de cambio en su vida se habrá dado cuenta que normalmente es más fácil cambiar los aspectos materiales que la mentalidad.
Puede resultar rentable a corto plazo cambiar estos aspectos físicos porque los resultados son más visibles y gratamente estimulantes.
Quienes caminamos en la fragilidad tenemos que canalizar temporalmente nuestras energías en aquellas acciones que realmente están al alcance de nuestro campo de actuación y que su conquista puede entusiasmarnos para seguir avanzando.
Personalmente sigo pensando que muchas veces resulta más eficaz buscar soluciones parciales para sobrevivir durante un tiempo que correr tras soluciones definitivas que se alejan cada vez que damos un paso adelante. Lo importante es ser consciente de la temporalidad de nuestras soluciones parciales.
Podemos caminar desde lo complejo hacia lo simple (cambiar de creencias para poder cambiar de estilo de vida), o cambiar desde lo simple hacia lo complejo (cambiar de escenario para poder reordenar las creencias). Optar por un camino o por otro dependerá de la situación real de cada uno. Lo importante es ser consciente de que las soluciones parciales no son definitivas y que las cosas no tienen porqué ser como queremos en todo momento, ni que las personas han de comportarse como nosotros esperamos.