viernes, 15 de julio de 2011

"El Gran Hermano"

El último escándalo de un periódico inglés confirma que ya no hay vida privada, que lo que llamamos secreto deja de serlo en el momento en que sale de nuestros labios. De modo que si queremos que una historia sea secreta, la única forma de conseguirlo es no contarlo. Porque en este mundo hay individuos que se empeñan en contarlo todo; individuos que se emocionan cuando son capaces de consumirlo todo; individuos que se dedican a descubrir historias que deberían ser restringidas.

Imagen del buscador Google.
Hay un ojo grande que lo ve todo. Cuando conectas tu ordenador a la red, gran parte de tus actividades se registran con la IP personal de tu equipo. Cuando envías un correo electrónico, la carretera que lo lleva al destinatario pasa por un montón de ordenadores conectados a la red, siendo imposible no dejar parte de ese mensaje a la vista de muchos curiosos que se dedican a espiarlo todo. Con encender tu móvil, la tarjeta SIM se conecta a la antena más cercana y empieza un control exhaustivo de tus movimientos y de tus actividades telefónicas. Todo se registra. Todo se puede publicar, a pesar de la ley orgánica de protección de datos. No hablemos ya de nuestra entrega generosa al público a través de redes públicas.

Los entendidos en la materia no cesan de avisarnos que no conviene publicar fotos privadas en nuestros perfiles públicos, y mucho menos publicar fotos de niños o amigos (sin su previo consentimiento). Porque siempre hay un gracioso que etiqueta la foto con todos los detalles. La entrega generosa de nuestra intimidad crece al mismo ritmo que el ansía de pervertidos para satisfacer sus “desviaciones”. De modo que estos pervertidos se van de caza sin salir de sus escondites. Consiguen fotos de niños con tan sólo un clic; manejan fotos de una borrachera sin haber estado en la fiesta; adquieren videos íntimos sin amenazar a nadie. Porque somos nosotros quienes entregamos generosamente nuestras vidas íntimas al público. Y la mayoría de las veces no somos conscientes que lo que subimos a la red no tiene retorno. Y cuando nos damos cuenta, el mal ya está hecho. Si nos hacemos una foto delante de nuestras casas y la subimos a la red, estamos facilitando el trabajo al delincuente o incluso al mismo detective.

miércoles, 6 de julio de 2011

“Fuera del barrio”

La indignación del barrio de Lavapiés (Madrid) impidió, ayer, que la policía nacional acosara a los inmigrantes tal como viene haciéndolo. Conocíamos casos de policías que van de paisanos en Metro Madrid para acosar fundamentalmente a los inmigrantes de piel oscura: Plaza de Castilla, Aluche, Oporto,… más de una vez me he encontrado con un control policial en el suburbano madrileño y sólo pedía a papeles a negros, árabes y latinoamericanos de piel oscura. Al principio decía: “algo habrán hecho”. Pero cuando ví la frecuencia de esos controles empecé a mosquearme. Cuando Caritas denunció que la policía se colocaba a la entrada de los comedores sociales para pedir los papeles a los inmigrantes, todo empezó a encajar: ZP pasó de la regularización masiva al acoso policial sin pestañear, y eso me duele profundamente. Me duele porque llegué a confiar en él. Ahora no pediría ni un solo voto para sus actuales políticas. Entiendo que IU extremeña apoye al PP porque lo malo por conocer a veces es mejor que lo malo conocido.

Es vergonzoso. Un peruano, casado con una española y que tiene nacionalidad española me comentó, hace poco, que estaba harto de que la policía nacional le pidiera los papeles sin haber hecho nada y sin encontrarse en “lugares conflictivos”. Se extrañaba que cuando va con su mujer y su niña nadie le pide la documentación. Por ese motivo sospechaba que esos controles policiales tienen un carácter racista. Ayer quedó patente en el barrio madrileño de Lavapiés.

En la reunión de los indignados de mi barrio oí el mismo comentario, y un vecino de “piel blanca” propuso que en el momento que nos enteremos de esos controles sospechosamente racistas avisáramos a los vecinos para que acudieran y fueran testigos del acoso de los chicos de Rubalcaba. Ayer fue el día. Muchos hemos visto cómo los vecinos expulsan de su barrio policías armados hasta los dientes. Policías que, en lugar de proteger a los más indefensos, les persigue manu militari. Policías nacionales que son capaces de entrar en el Metro Madrid para detener, supuestamente, un chico que pretendía coger el Metro sin pagar. Cosa que me extraña, pues el número elevado de los vigilantes de seguridad que están en cada boca del Metro no permite que la gente se cuele fácilmente. Además no creo que el pueblo español pague a los policías para que se dediquen a juguetear en el Metro, con la cantidad de delitos que se comenten en los despachos de lujo.

En la última marcha de mi barrio, un señor me estuvo demostrando cómo sobra policía. “A ver si llega el PP y recorta tantos gastos inútiles”, me comentaba una señora convencida de que en España hay muchos efectivos de la policía nacional. Razón no le falta. Si la policía se dedica a perseguir a los inmigrantes que no tienen papeles, si la policía es rechazada por el pueblo, si la policía está perdiendo su prestigio ante la ciudadanía es porque algo no va bien. Siempre decía a los extranjeros que si se perdían por la calle solicitaran información a la policía. Tal como está la situación, hoy por hoy no le daría ese consejo a nadie. “Si ves un policía español, desconfía porque igual te detiene”.

Felicito a los vecinos del barrio de Lavapiés y me asumo a sus reivindicaciones:"Somos vecinos, no somos delincuentes". "Vergüenza, vergüenza". "Fuera del barrio". Si alguien se ha perdido la noticia, la puede consultar en este enlace del periódico “Público”: http://www.publico.es/espana/385511/vecinos-de-lavapies-impiden-una-redada-contra-inmigrantes.

sábado, 2 de julio de 2011

Atrapado por el capitalismo

El socialismo occidental está atrapado por el capitalismo triunfante y sin remordimientos. Los analistas afirman que la actual crisis económica tiene su origen en las ambiciones del capitalismo occidental de ganar todo a costa de todo. Paradójicamente, para salir de esta misma crisis, el capitalismo exige la desaparición de los gobiernos socialistas. En Reino Unido, en Portugal y otros países europeos, el socialismo ha cargado con las culpas que no son suyas. En EE.UU, en Grecia y en España, los gobiernos socialistas están asfixiados. Siguen tomando medidas dictadas por los causantes de la crisis para salir, supuestamente, de esta misma crisis. Instituciones como FMI que no fueron capaces de prevenir el desastre se sienten legitimadas para proponer la solución. Banqueros que dejaron hundirse el sistema están exigiendo soluciones inmediatas. Mientras tanto, los gobiernos que no causaron esta crisis no saben qué hacer para limpiar tanta basura.

En España, ZP ha perdido todo su apoyo popular porque está tomando medidas propias de un gobierno de derechas. Tal vez por eso los socialistas españoles creen que lo mejor sería poner fin a esta agonía política y anticipar las elecciones. Todo apunta que el Partido Popular llegará al poder, a pesar de que no ha revelado sus proyectos político-económicos. Es popular la imagen de Mariano Rajoy en una tumbona, a la espera de que Zapatero se hunda en las aguas capitalistas. “Yo mañana me voy a poner a trabajar”, declaró Rajoy en mayo pasado después de arrasar en las elecciones municipales. En realidad, la victoria del Partido Popular se debe al descontento de los izquierdistas que se niegan a votar a un socialista que actúa como capitalista, brazo ejecutor de las medidas más conservadoras jamás tomadas en España. Al que los medios de derechas llamaban “izquierdista radical” está tomando medidas propias de la extrema-derecha. El mundo al revés. Si ZP sabe que todas las medidas que ha tomado para levantar la economía española no han hecho más que aumentar la cifra de los parados, ¿a qué espera para cortar esta hemorragia convocando las elecciones? ¿Qué interés tiene en conservarse en el poder si sabe que no va a salvar nada? Muchos pensamos que ZP ha tenido mala suerte de gestionar una profunda crisis económica que ha empañado todos sus logros sociales. Es una pena que sea recordado por cinco millones de parados, cuando propició nuevos derechos en la sociedad española como el matrimonio gay, la ley de igualdad entre hombres y mujeres, la promoción de personas con discapacidad, la alianza de las civilizaciones y la palabra antes que el disparo. “No nos falles”, le dijo un joven que veía en su elección un soplo de aire fresco. “No nos representas”, le están gritando los indignados. De esperanza a la indignación, tan solo un paso.

viernes, 24 de junio de 2011

La representante de los indignados

Los indignados dicen que no tienen portavoces porque el pueblo se representa a sí mismo. Al menos es lo que dice la Constitución española: “todos los poderes emanan del pueblo” porque “la soberanía de la nación reside en el pueblo”. Pero los manifestantes quisieron entregar su soberanía a una señora mayor que asomada al balcón de su casa cerca de Atocha lanzaba besos cariñosos a los indignados. Ellos pararon la marcha, la dedicaron varios piropos y repetidas veces la dijeron: “Tú, sí que nos representas”. Sucedió el pasado domingo 19 de junio 2011 en las cercanías del Museo Reina Sofía.

Los indignados madrileños recorrieron todos los barrios pidiendo a los dirigentes políticos que no fueran rehenes o animadores de los banqueros que no cesan de engordar sus cuentas corrientes. Los políticos han caído en la trampa del capitalismo salvaje, y parecen estar convencidos cuando afirman que “el mercado exige reformas laborales”, que el Fondo Monetario Internacional exige más flexibilidad en los contratos laborales. Recordemos que el Fondo Monetario fue inventado por Occidente para proteger su economía. De hecho, la constitución de esta institución dice que su director debe ser siempre europeo. Ahora sus dueños occidentales están bebiendo de su misma medicina. Se ven en la obligación de aplicar lo que han estado recetando alegremente a los países en vía de desarrollo. Además, se ve que economías que parecían fuertes se están hundiendo ante el asombro de todos. Grecia está en bancarrota. Irlanda y Portugal han estado a punto de hundirse. Los especuladores capitalistas no dejan de zarandear la economía española para ver si se cae. Bélgica e Italia están en el punto de mira. Europa se ha dividido en los vecinos ricos del Norte y los vecinos pobres del Sur. Hay quienes han empezado a cuestionar las bondades de la moneda única.

sábado, 18 de junio de 2011

Las instituciones políticas en España

Tenemos muchas instituciones políticas en España. 19 estatutos de autonomía, de los cuales 17 corresponden a las Comunidades Autónomas y 2 a las ciudades de Ceuta y Melilla. 50 provincias, más de 8.000 ayuntamientos. Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Autonómica Vasca, Policía Autonómica Catalana y Policías Locales. Ejército de Tierra, Mar y Aire. No entiendo porqué hay quienes se sorprenden del elevado gasto del estado español.

No es raro encontrarse con una oficina custodiada por dos o tres cuerpos de seguridad: un policía, más un guardia civil, más un vigilante de seguridad. ¿Es necesario malgastar los recursos estatales de esta manera? Hace tiempo que no paso cerca del Palacio de Oriente en Madrid. Creo recordar que el palacio estaba custodiado al mismo tiempo por la Guardia Real, la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Policía Local y una brigada de bomberos.

La Casa Real, la Presidencia del Gobierno, las Presidencias de las Comunidades Autónomas. El Senado, el Congreso, las Asambleas autonómicas, las Diputaciones provinciales y los órganos municipales. Gran parte de estos “órganos” no hacen nada más que repetir lo que han hecho los otros. ¿Qué hace un diputado provincial? ¿Qué hace un diputado autonómico que no podría hacer un senador o un diputado nacional? ¿Es realmente necesario el Senado, cuando lo único que hace es dar visto bueno a lo que dice el Congreso? Si la disciplina del voto obliga a los diputados a votar lo que manda el partido, ¿para qué se necesita 350 diputados? Muchos gastos del estado español no tienen justificación.

Estoy de acuerdo con Felipe González cuando aboga por unificar los ayuntamientos y reducir el gasto público. No puede ser que haya varios cuerpos de policía, con sus correspondientes mandos, cuando se podría unificar y optimizar los recursos personales y materiales. El Estado español no puede soportar el gasto de tantos políticos que no se sabe muy bien a qué se dedican realmente: concejales en los ayuntamientos, diputados provinciales, diputados autonómicos, diputados nacionales y senadores. Por muchas reformas laborales que se haga, por muchos recortes en las inversiones públicas que se lleve a cabo, por tantos bandazos que se sigue haciendo, no se podrá equilibrar el gasto publico si no se revisa la función de la clase política y las instituciones creadas a su imagen y semejanza.

Me parece que lo más cómodo es cerrar el grifo de las becas, cortar la financiación a los investigadores, quitar las ayudas a los parados de larga duración, olvidarse de aquellos que tengan algún tipo de dependencia o discapacidad. Es indignante que el estado se gaste tanta pasta en las instituciones “innecesarias” y se dedique a marear a quienes solicitan una ayuda porque tienen un familiar con dependencia. Es indignante que unos pasen hambre mientras otros tienen tres sueldos y les parezcan normal. El que no se indigna es porque no quiere.

sábado, 11 de junio de 2011

Democracia real

Casi todos los llamados comentaristas o analistas políticas de los medios de comunicación rechazan la exigencia del Movimiento 15 M de la “democracia real”. Es cierto que no se puede comparar el tipo de democracia que tenemos en España con la democracia de muchos países. La participación ciudadana española es activa, aunque las normas intentan proteger los grupos de poder.

Parece que hace tiempo los grandes partidos políticos se pusieron de acuerdo para apropiarse de los instrumentos del poder a través de la ley electoral. Siendo legal, esta ley electoral es injusta. De hecho, el M15M propone su cambio porque no todos los votos valen lo mismo en España. Y esto es un fallo muy grave de la democracia. Los votos de IU valen menos que los votos del PSOE o del PP. Si a este fallo escandaloso añadimos que los partidos políticos nos exigen votar listas cerradas, la soberanía popular se reduce a la mera expectación. Si en una lista del PP hay un candidato al que yo no quiero dar mi voto, no puedo hacerlo. Si quiero que mi voto vaya al PP, sí o sí tengo que votar toda su candidatura. De lo contrario, se me obliga a no votar al partido que quiero. En las últimas elecciones de los eurodiputados me vi en esta encrucijada, y acabé por no ir a votar. De modo que la democracia española puede ser mejorada, tal como afirma el M15M.

Difícilmente se puede decir que el poder es servicio. Si así fuera, ¿cómo se explica tantas batallas para conseguirlo? Si los políticos sudan tanto para conseguir el control de las instituciones, no es por sus ganas de servir a los ciudadanos. Todo apunta a que muchos de ellos buscan conseguir intereses personales. Finalmente, como canta Alpha Blondy, un dirigente elegido una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces: se convierte en dictador. “le président élu une foi, élu deux fois, élu trois fois, élu quatre fois : ça devient de la dictature”.

sábado, 4 de junio de 2011

¿Indignado? Por supuesto que sí

Como lo local es globalizable, me permito afirmar que los llamados valores tradicionales occidentales están atravesando una profunda crisis. De todas formas se veía venir. Dios fue expulsado por los intelectuales científicos con la intención de que la razón ocupara su sitio. Pero el reinado de la razón duró muy poco. El “carpe diem”, en sus distintas versiones, no tardó en decretar la muerte de la modernidad, el fin de los grandes relatos, la futilidad de las ilusiones y la prohibición de prohibir. Aún así, la situación parecía romántica si no fuera porque los oportunistas empezaron sus conquistas lentas pero letales. Dieron conciencia a las almas que deambulaban pacíficamente en las plazas públicas; predicaron que vivir bien no es ningún pecado; sugirieron que la única aspiración que vale la pena es tener mucho dinero y vivir a pierna suelta. Ahora todos estamos embaucados, con el agua llegándonos al cuello y las facturas desbordando nuestros buzones de correo. Nos damos cuenta que hemos caído en la trampa del consumismo pero no tenemos salidas. Nos escandalizan mil personas acampadas en nuestras plazas públicas reclamando mejoras económicas, pero no nos indignan que cinco millones de parados estén arruinados. Nos parece normal que un político con tres sueldos hable en nombre de los sintechos. Nos parece católico que un Papa prohíba utilizar los preservativos en lugares donde el Sida está arrasando, y no nos indignan que el mismo Papa sea compasivo con sus chicos pederastas porque la sociedad está montada así: trincar lo que sea es lo ideal. Sus cachorros se juntan para prometer la virginidad hasta el matrimonio, pero al día siguiente los servicios de limpieza se escandalizan de tantos preservativos en los cubos de basura. Pareciera que el orgasmo espiritual provoca orgías sexuales.

Es cierto: donde unos bendicen, otros maldicen. España vende piezas para reparar los aviones militares del coronel libio, pero al mes siguiente envía sus pilotos para destruirlos. Estados Unidos se une con Europa para defender al pueblo libio, pero sus barcos militares no socorren a los refugiados libios que mueren ahogados en el mar mientras las cámaras de última generación graban su último suspiro. ¿Qué más da? ¿Alguien se escandaliza por eso? Somos Occidente, “el puto amo del mundo” como diría el otro. Al enemigo de Estados Unidos se le pega un tiro y se le lanza al mar sin juicio. ¿Y qué hacer con el enemigo del pueblo árabe? ¿Qué hizo Alemania con Hitler? Reírle las gracias hasta que se vio de rodillas, bebiendo sangre humana en vaso de diamantes. ¿Qué hace España con los cachorros hitlerianos que están naciendo en todos los sitios? Nada. El derecho de expresión pareciera ser más importante que el derecho a la vida. Además en Occidente tenemos lágrimas suficientes para derramar cuando el racismo empiece a dinamitar algunos pueblos catalanes.

Al final tendré que dar razón a quienes creen que los dirigentes occidentales son oportunistas, y que la civilización occidental es profundamente hipócrita, violenta, anti-humana. Tiene facilidad para afirmar una cosa y negarla al mismo tiempo. Trafica con seres humanos para abolirlo después (trata de negros). Provoca guerras mundiales para montar, después, la organización de las naciones unidas. Forma militarmente a Bin Laden o a Sadam Hussein, para eliminarlos después. Recibe al coronel libio en sus palacios para, llegado el momento, cargarse a dos de sus hijos. Construye una escuela infantil en una aldea congoleña para que sea destruida, meses después, con una bomba fabricada por ellos mismos. Eso sí, es necesario que en la escuela haya alumnos para que pueda ser destruida. Lo malo para Occidente debe ser lo malo para todo el mundo. Sin embargo, a mi me cuesta diferenciar las actuaciones policiales de Egipto de las actuaciones de los mossos en Catulanya contra los indignados del 15 M. Lo nuestro es bueno, lo de ellos es malo. Así, los llamados valores tradicionales occidentales seguirán atravesando una profunda crisis. En términos eclesiásticos, quienes necesitan evangelización no son los pobres de Santo Domingo sino los dirigentes occidentales. Por eso algunos dicen que es un insulto a la inteligencia el hecho de que haya quienes pretenden universalizar los valores occidentales. Acepto la autocritica. Como diría Bob Marley, “Occidente es un mundo de ratas”, un mundo de lujos y miserias; de limusinas con gente pidiendo limosnas, de rascacielos y sintechos que duermen en los cajeros de bancos; de palacios municipales en Cibeles y chabolas en Entrevías (Madrid), de una dirigente castellanomanchega con tres sueldos y cinco millones de parados. ¡Sobran motivos para indignarse!

sábado, 28 de mayo de 2011

Detención de negros en Metro Madrid

Jueves 26 de mayo 2011. Metro Oporto. 23H40. Policías colocados estratégicamente sólo piden papeles a los inmigrantes negros. Estoy seguro que el futuro candidato socialista a la presidencia del gobierno dirá que los controles de sus chicos no son racistas. Pero los inmigrantes no le creemos. Los que ayudamos a los inmigrantes no le creemos. Tenemos buenos recuerdos del Sr. Rajoy cuando era ministro del interior.

Me envían una carta al Director de Carolina Benítez Cuero publicada en “20 minutos” (26/05/2011). Dice así:

"Salir por las calles de Madrid, desplazarte en transporte público, renfe o metro, se ha convertido para mi esposo, y para muchos inmigrantes africanos en una auténtica misión imposible.
En lo que va de mes lo han parado para pedirle su documentación 6 veces, ayer concretamente 2, y eso que entramos legales y continuamos legales.

¿Será xenofobia?, ¿racismo?, ¿efecto de la crisis? ¿síndrome pre/poselectoral?, no lo sé, pero la discriminación se palpa a flor de piel según pude ver el martes en la estación de Embajadores y en la de Leganés, únicamente paran a negros...

Los que estamos en situación regular, ¿qué hacemos? ¿nos decoloramos? Y sigo pensando... qué será, será".

Recordad que:
"Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde".

¿Por qué no te indignas?

viernes, 27 de mayo de 2011

DOMINIQUE HABIYAKARE

Carta a Dominique Habiyakare, Doctorado en Teología el 25 de mayo 2011 en la Universidad Pontificia de Salamanca: "De la mesa común y eucarística al "gusangira" en Ruanda. Desde Corintios y Gálatas"
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Monsieur l’Abbé Dominique,

Es la segunda vez que leo tu trabajo, y he de decir que ha sido un placer. Hace varios años leí también tu tesina. Sin duda en tu actual trabajo se nota la profundidad de tu investigación. Como ya sabes, algunos autores que citas en tu trabajo yo también los consulté durante mi estudio sobre “la inculturación de la vida religiosa en la cultura bantú”, estudio que no llegué a terminar por motivos que bien conoces y que aparqué definitivamente en 2004.

Había leído otras tesis sobre la evangelización de nuestros pueblos, y por supuesto he seguido con mucho interés (y a veces cabreo) toda la literatura que se ha publicado a raíz de nuestra guerra (1990-1994). En mi opinión, muchos de esos escritos son tendenciosos, por no calificarlos de basura. No se debería escribir desde el rencor o el temor, así como tampoco se debería escribir para justificar ciertos comportamientos. Cuando los escritos claramente ideológicos quieren ocupar toda la parcela de la verdad, la investigación académica sufre mucho. Por eso alabo tu trabajo porque no has entrado en lo que todo rwandés esperaría: condenar o intentar justificar los acontecimientos de 1990-1994. De hecho, si no se hubiese producido la guerra de Rwanda, tu estudio seguiría teniendo sentido.

Veo que realmente has estudiado el principio del encuentro entre el misionero y el rwandés. Normalmente los estudiosos de esta época carga la responsabilidad al hombre blanco que creía poseer la verdad y que no dudó en descalificar nuestros ritos y condenarlos al olvido (aunque nuestros padres seguían practicando los ritos de sus antepasados en secreto). Tú atribuyes la superficialidad de la evangelización tanto a los rwandeses que no se abrieron como a los misioneros que no quisieron o no pudieron entender el imaginario rwandés, un pueblo que se consideraba superior a todos sus vecinos, con las victorias militares del rey Rwabugiri en las vísperas de la colonización/evangelización. De hecho, el dicho era que “Ruanda conquista pero nunca es conquistado” (un poco de arrogancia pero apoyada en el hecho de que el ejército ruandés era invencible). Los mismos colonizadores no llegaron a someter la voluntad de los ruandeses. Los ruandeses no se enfrentaron con armas a los misioneros y colonizadores como hicieron algunos pueblos; su relación con el hombre blanco no fue muy conflictiva pero fue muy superficial. Es propio de una cultura hermética.

Algunos europeos llegaron a pensar que los rwandeses son mentirosos porque no dicen la “verdad europea”. Fíjate: el otro día se lo reproché a la mujer de mi sobrino porque me decía que después de la Misa mi sobrino había ido a visitar “alguien”, “en algún lugar” y que iba a llegar a casa en “cualquier momento”. Ese lenguaje sigue siendo habitual en Rwanda. No detallar la información sigue siendo la consigna en los ambientes populares. Entiendo que los misioneros no iban a captar toda la sabiduría ruandesa porque a parte de las dificultades del idioma, el ruandés es muy reservado, probablemente por el instinto de supervivencia como tú dices.

Estudiando los 6 elementos fundamentales de nuestra cultura, sobre todo revelándolos a los extraños, entiendo que te has ganado la desconfianza de tus hermanos ruandeses en tu futura relación con ellos porque no eres de fiar (es una broma). Quiero decir que no has querido maquillar o manipular la realidad como hacen algunos. Incluso me sorprende el análisis que haces de KUNYWANA (pacto de sangre). Hasta ahora todos los estudios destacaban su nobleza. Pero tú demuestras acertadamente que es un instrumento más del poder y que necesitaría mucha purificación.

A mi modo de ver, el análisis de los refranes y mitos fundacionales es muy acertado. Tuve la suerte de tener un vecino que sólo hablaba con refranes y era al mismo tiempo respetado como un erudito y temido como alguien que domina los espíritus a través de la palabra. No cabe duda de que la sabiduría ruandesa se esconde principalmente en los refranes populares y en los mitos (más o menos elaborados con interés socio-político). De modo que se puede decir que si entiendes bien los refranes estás en condiciones de entender el imaginario rwandés. Pienso que lo has logrado.

Así como sigo activo en el estudio de la sociedad ruandesa y puedo fijar puntos de vista sin dudarlo mucho, mi acercamiento al estudio teológico es, hoy por hoy, inexistente. De todas formas te diré que me alegra encontrarme con el mensaje del Papa Juan Pablo II durante su visita en 1990. Eres de los pocos estudiosos que se acuerdan que el Papa estuvo ahí, antes de la guerra. Por desgracia, tres semanas después de su visita llegó la guerra y no hubo tiempo para asimilar su mensaje. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Recuerdo, con cariño, los distintos preparativos, tanto al nivel parroquial como al nivel individual. Estoy seguro que si no hubiera sido por la guerra la sociedad ruandesa habría aprovechado la enseñanza del Papa para dar un paso gigantesco en su acercamiento a Cristo. De todas formas, creo que la muerte de tantos cristianos, y sobre todo sacerdotes y obispos es un testimonio del evangelio, a pesar de que hay quienes se empeñan en echar basura sobre la iglesia ruandesa porque algunos de sus miembros participaron en las matanzas. No entiendo porqué el mal de unos pocos tiene que esconder la bondad de muchos que arriesgaron sus vidas para salvar a los demás, aunque realmente no se pudo salvar a muchos. Desde el principio la jerarquía ruandesa dejó claro que todo aquel que hubiera participado en las matanzas sería llevado ante los tribunales. El mismo Papa Juan Pablo II se expresó en los mismos términos. De modo que no tiene sentido seguir arrojar la sombra de la sospecha sobre la iglesia, cuando muchos de sus miembros murieron en manos de unos y de otros. Por eso pienso que hablar de la evangelización del pueblo ruandés sin rencor ni arrogancia, como haces, es un mensaje necesario para que muchos estudiosos dejen de manipular los hechos. Por eso estoy seguro que tu estudio será una referencia para muchos. Me alegro que hayas tenido la valentía de proponer GUSANGIRA, cuando realmente la mayoría de los estudios proponen KUNENA y “machacar” al contrario. Incluso puedo decir que en las raíces de la crisis económica que estamos viviendo está la falta de GUSANGIRA. Perfectamente se puede proponer GUSANGIRA como una opción pastoral para la sociedad occidental.

En resumen, estos son los puntos que me han resultado interesantes:

1.-La responsabilidad compartida en la evangelización del pueblo ruandés. Normalmente se suele responsabilizar el poco éxito a los misioneros, pero tú concluyes que el pueblo rwandés no se dejó impregnar por la luz del evangelio.

2.-Todo el mundo sabe que los misioneros no entendieron la cultura que querían evangelizar. Demostrar qué es lo que debieron entender (GUSANGIRA) es lo que hace que tu estudio sea original (a mi modesto modo de entender).

3.-Proponer GUSANGIRA como elemento dinamizador de la vivencia del evangelio es algo novedoso. No conozco estudios que vayan en este sentido, al menos hasta 2004 que es cuando dejé de investigar sobre la “inculturación de la vida religiosa en la cultura bantú”.

4.-No te dejas influenciar por los acontecimientos de 1990-1994 que nos marcaron a todos y muchas veces condicionan nuestra forma de pensar. De hecho, aunque no hubiéramos pasado por la guerra fratricida, tu tesis seguiría teniendo sentido.

5.- Para captar el imaginario ruandés siguen siendo necesarios los refranes y los mitos fundacionales. Con todos los respetos, dudo que aquellos que no han mamado la cultura ruandesa puedan analizar con brillantez nuestros refranes como haces tú. Aunque yo mismo estudié algunos en la escuela secundaria, hoy por hoy no sería capaz de analizarlos como haces. De modo que admiro el enfoque que les das.

martes, 24 de mayo de 2011

La derrota electoral del PSOE


Tras su derrota electoral, los dirigentes socialistas afirman haber entendido el mensaje de su electorado, pero no dicen qué mensaje. No creo que el electorado socialista culpe al gobierno socialista de la actual crisis económica. Lo que no comparte es la gestión de la crisis; no haber hecho nada para aliviar la situación de los parados de larga duración. Sabiendo que el electorado socialista es exigente y no vota cualquier cosa, lo inteligente hubiera sido una campaña al estilo norteamericano: contacto directo con la militancia (no durante un meeting), escuchar las preocupaciones personales (no sociales) y dar una palabra de ánimo a los compañeros que han sido atrapados por esta crisis.

Los cargos del partido no han sabido fidelizar el voto de sus compañeros. Me decía un colega salmantino que no sabía quiénes eran los diputados socialistas al nivel nacional. No es normal que los salmantinos no sepan quiénes son sus representantes en la cámara estatal. Seguro que Juanes y Caldera tienen obligaciones nacionales que les impiden estar presentes en las reuniones de sus agrupaciones en Salamanca. Pero si no trabajan los votos, pronto dejarán de tener esas obligaciones. Si se quiere ganar, no se puede pretender representar a quienes no conocen. No basta un par de meeting para conseguir el voto. El electorado socialista no vota por disciplina: vota los proyectos. Y francamente en estas pasadas elecciones no había ningún proyecto socialista que llamara la atención.

A algunos dirigentes se les nota el plumero. Dice el extremeño Fernández que no necesita estar en la presidencia de la Junta, y que va a solicitar su vuelta a la medicina si IU no le presta sus votos para gobernar. Muy bonito. Encima con chantajes. Sus palabras suenan como que estaba allí por el poder, ¿no? Yo siempre he pensado que el que pierde se va a la oposición para prepara la próxima victoria: no se resguarda en sus antiguos refugios. O sea que las victorias tienen padrinos, pero las derrotas son huérfanas. Encima que no ha ganado, pretende que alguien asuma su fracaso. Así les van en Madrid, en Galicia, etc. Los que no son elegidos no quieren estar en la oposición porque allí hace mucho frío. Entiendo que si un político me pide confianza y se la doy, antes de dimitir debería preguntarme si estoy de acuerdo. Porque mi voto no es gratis.

sábado, 21 de mayo de 2011

¿Votar ahora?, no gracias

Los políticos dicen que votar es celebrar la fiesta de la democracia. Pero teniendo en cuenta la cantidad de alcaldes y concejales que han tenido que sentarse en los banquillos de los juzgados, votar puede ser entregar nuestras ilusiones en manos de unos manipuladores, oportunistas y mentirosos que se ríen de nosotros y sólo quieren engordar sus cuentas bancarias. En muchos casos, ayudar al pueblo se convierte en despojarle de sus ilusiones.

No puedo votar porque no sé a qué votar. Yo no voto a personas, voto los proyectos. Y francamente en esta campaña nadie me ha propuesto nada. Camps quieren tener un español en La Moncloa, como si ZP fuera extranjero. Además dice que si el pueblo le otorga la mayoría absoluta, los jueces no se atreverán a sentarle en el banquillo de los acusados. En esto sí que estoy de acuerdo con él. La Constitución española dice que la justicia emana del pueblo y se ejerce en el nombre del rey. Si el pueblo confía en Camps es porque le cree inocente.

No puedo votar porque si ZP acusa a sus adversarios de defender que los inmigrantes apestan pero azuza a la Policía Nacional para aumentar los controles de los extranjeros en las bocas del Metro y en los comedores sociales, me deja confuso. Si ZP defiende la dignidad de los inmigrantes, lo primero que tiene que hacer es dejar de acosarlos con la policía. De lo contrario, su discurso chirría.

No puedo votar porque a Rajoy todo le parece bien. Se niega a dar entrevistas; defiende lo que no cree; se deja mangonear por sus próximos; pretende hablar al mismo tiempo en nombre de los cinco millones de parados y de los tres sueldos de De Cospedal. Su discurso chirría.

No puedo votar porque no sé a qué se dedican los diputados europeos, los diputados de las Comunidades Autónomas, los diputados provinciales, los concejales de los ayuntamientos, etc… Si alguien sabe a qué se dedica un presidente de una autonomía, que me lo diga. Porque oigo Esperanza acusando a ZP de no crear empleos. Si el presidente del gobierno central es el único que crea empleos, soluciona problemas, entonces no me queda más remedio que esperar el año que viene para ir a votar. Es más: la derrota de unos puede ser la salvación de otros. Todos los estrategas saben que las elecciones se ganan a partir del mismo momento en que se pierden.

sábado, 14 de mayo de 2011

30 años sin Bob Marley

Hace 30 años (11/05/1981) fallecía el rey de reggae de un cáncer. Con tan sólo 36 años, su música y su reivindicación habían alcanzado todos los pueblos de la tierra. Actualmente, todos los estudios sostienen que es el tercer icono mundial después de Jesucristo y del Che Guevara. Camisetas, gorras, llaveros, pegatinas, etc… una serie de símbolos que hacen que nadie discuta el carisma mundial de Bob Marley. En torno a su figura se reúnen los amantes de la música reggae, los amantes de la marihuana, los defensores de la libertad y de los derechos humanos, los soñadores de un mundo unido bajo un mismo amor: one love, one song, one Lord!

Jesucristo fue asesinado por sus predicaciones de un amor universal; el Che fue perseguido y eliminado por su deseo de la libertad para todos los pueblos; Bob Marley, aunque murió de un cáncer, pocos años antes se había escapado milagrosamente del atentado de los agentes de la CIA norteamericana, tan acostumbrados a matar a quienes no piensan como ellos (mi humilde opinión es que no mata la CIA, matan sus agentes, seres humanos, de carne y hueso como diría Unamuno. Impersonalizar los verdugos y personalizar las víctimas es una de las grandes hipocresías del mundo llamado “civilizado”). Como decía, Bob Marley se escapó de las balas norteamericanas, pero cayó en las garras del cáncer. Vivió intensamente y murió joven. Pero su legado sigue vivo en muchos cantantes de reggae. Mucha gente creemos que Lucky Dube (sudafricano) y Alpha Blondy (Costa de Marfil) son los grandes discípulos de Bob Marley en África.

Lucky Dube murió hace un par de años víctima de un tiroteo. Uno de sus álbumes, Tax man, es sensacional. Sus canciones de amor bajo el ritmo reggae hacen que uno se emocione escuchándolas, sobre todo su coro de chicas con voces angelicales: I want to know what love is, reggae can show me; I want to feel what love is, reggae can show me.

En solitario, Alpha Blondy denuncia las injusticias sociales sin olvidar la importancia del amor: Travailler c’est trop dure, voler ce n’est pas bon, demander la charité, c’est quelque chose que je ne peux plus faire. Chaque jour que moi je vis, on me demande de quoi je vis, je dis je vis sur l’amour et j’espère vivre bien. En los años noventa, Alpha Blondy pidió que los africanos dejaran de lloriquear y de echar balones fuera y que se hicieran responsables y protagonistas de la historia de sus pueblos: les ennemis des africains ce sont les africains, que les rwandais génociden rwandais. En una de sus canciones empieza con un deseo que todos los africanos de bien llevamos en nuestro corazón: armée française, allez-vous de chez nous. Nous ne voulons plus l’indépendance sous votre surveillance. No queremos la independencia bajo la vigilancia occidental porque, ¿quién vigila a los vigilantes?

¡Viva Bob Marley, Viva la música reggae!

sábado, 7 de mayo de 2011

“Indignaos” con Stéphane Hessel

Hace un par de años, una antigua compañera, Patri, nos recomendaba a Lidia y a mí un libro que ella llamaba en lenguaje grosero, "La puta Biblia para los hombres". En realidad, el libro de Fabio Fusaro se llama: "Mi novia: manual de instrucciones". Yo recomiendo, en términos humorísticos de Patri, "La puta Biblia para la sociedad occidental", o sea, el panfleto del francés Stéphane Hessel, que a sus 93 años nos pide un poco de indignación a lo largo de una treintena de páginas: Indignez-vous”.
Mientras leía este libro me he acordado de mucha gente que se indigna por el trato a los inmigrantes por parte de la administración: Pilar, Piedad, etc. El mismo Hessel escribe que es nuestra obligación velar todos juntos para que nuestra sociedad siga siendo una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos, y no esta sociedad de indocumentados, de expulsiones, de sospechas con respecto a la inmigración; no esta sociedad en la que se ponen en cuestión las pensiones, los logros de la Seguridad Social; no esta sociedad donde los medios de comunicación están en manos de los poderosos”.

Cuando me despierto temprano suele oír los comentarios de un periodista que se autodenomina “el catavenenos” (José María Izquierdo lee la prensa radical y la analiza brevemente). No les falta razón a quienes dicen que los medios de comunicación se han convertido, en España, en medios de intoxicación. Cuando no es así, convierten nuestra vida en un cúmulo de banalidades. En la reciente visita del incombustible Sarkozy con su esposa, incluso la prensa llamada “seria” en España se dedicó a comparar los traseros de la princesa Leticia y la primera dama francesa, Bruni, para ver cuál de las dos tenía un culo perfecto (que por otra parte, un culo perfecto es aquel que evacua bien). ¿Indigna verdad? Hace poco oí cómo una compañera de trabajo preguntaba cómo eliminar Telecinco de su televisor porque le indignaba la programación de ese canal, a pesar de que tiene mucha audiencia, de la que se encuentran Chris, Saray y más millones de españoles. ¡Dime qué canal ves, te diré cómo piensas!, diría mi antiguo profesor Flecha.

Hessel afirma que el motivo de la resistencia es la indignación” y que todos deberíamos tener nuestro propio motivo para indignarnos. En 2004, muchos españoles se indignaron con la participación del entonces gobierno en una guerra basada en mentiras, con la manipulación informativa acerca de los atentados en Madrid y fueron a votar masivamente. Dentro de poco, otros tanto irán a votar (o se abstendrán), muy indignados con la incapacidad del actual gobierno para enderezar la situación económica y poner freno a la especulación capitalista. Tiene razón Hessel cuando afirma que la indignación “es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos”.

Hace varios años discutía con mi amigo Pierre acerca del carpe diem, del postmodernismo según el filósofo italiano Vattimo, del fin de la historia según el norteamericano Fukuyama. Entonces éramos universitarios. Vivir y dejar vivir parecía guiar el espíritu reivindicativo de algunos compañeros universitarios. La preocupación de gran parte de la juventud era “con quién me voy de marcha o de botellón este fin de semana”. Beber toda la noche y dormir todo el día era su única aspiración. Los demás acontecimientos “se la sudaba”. No me extraña que de una juventud pasota a la dictadura consumista haya tan sólo un paso. No me extraña que ningún político se preocupe por el porcentaje elevado del paro entre los jóvenes españoles (porque son ellos los primeros que no se preocupan por nada). Lo malo es que siempre hay un político oportunista que hace suya la máxima (no recuerdo su autor): si el pueblo no tiene conciencia, vamos a darle conciencia”.
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FALLECE EL DIA 27 DE FEBRERO 2013
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/02/27/actualidad/1361954402_386955.html

domingo, 1 de mayo de 2011

El racismo institucional

1.- Breve introducción

En mis entradas antiguas he hablado de racismo social, racismo religioso y racismo antropológico. Ahora quisiera hablar del racismo institucional, basándome en el libro “El discurso político en torno a la inmigración en España y en la Unión Europea”, una obra de tres profesores de ciencias políticas de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona: Ricard Zapata-Barrero, Elisabet González y Elena Sánchez Montijano. Me sirvo de sus investigaciones para elaborar mi reflexión. Más de una vez citaré directamente sus opiniones.

En mi entrada anterior decía que un buen indicador para identificar los discursos sobre los inmigrantes radica en la forma de nombrarlos. Si generalizo en mis opiniones, es porque no me resulta fácil entrar en los detalles. Aclarado este punto, hagan la prueba y verán que la derecha española suele hablarnos de los extranjeros, de los inmigrantes legales, ilegales, clandestinos, incluso incivilizados en cuanto que sus modelos culturales son contrarios a la maravillosa civilización occidental. La izquierda española habla de ciudadanos extranjeros, nuevos residentes, personas en situación de ilegalidad, indocumentados, incluso desheredados de la Tierra.


2.- ¿Debe el inmigrante olvidar sus tradiciones?

Para la derecha, por supuesto que sí. Como el inmigrante llega por voluntad propia, el Estado español no tiene ninguna obligación de modificar su status porque el acto de inmigrar es voluntario: “si han venido por voluntad, también saben que encontrarán otra sociedad con un sistema de reglas diferentes que deberán aceptar” (analizan los profesores). El argumentario del Partido Popular es claro: si las personas vienen, deben olvidar sus culturas y tradiciones y aceptar, sin posibilidad de crítica, las reglas de juego de la sociedad de acogida. Una amiga mía que da clase de español a los inmigrantes africanos en Madrid me contó que un familiar católico le insta a evangelizar a sus alumnos, sobre todo a los musulmanes. Otra amiga nuestra, con creencias cristianas arraigadas, que da clase de alfabetización a las chicas africanas, se escandaliza de la pastoral de la inmigración en Madrid.


3.- ¿Es la inmigración un reflejo de la injusticia del capitalismo salvaje?

La izquierda tiende a pensar que la inmigración es consecuencia del reparto injusto de los bienes de la tierra, de un sistema económico que hunde en la miseria a la mayoría de los pueblos. “El acto de migración es percibido como la consecuencia de una cadena causal que tiene su origen y destino en los países desarrollados”. De ahí que la moral de una justicia global sea la que oriente la mayoría de los argumentos de la izquierda. Nadie se marcha de su tierra por capricho o por aventura. Muchas mujeres latinoamericanas dejan sus hijos pequeños para venir a buscar un trabajo en España. Es escalofriante escuchar la conversación telefónica de una madre latinoamericana dando instrucciones a la pequeña que dejó en su tierra. En el barrio de San José (Salamanca) conocí una señora que acudía a la cabina telefónica todos los días, a la misma hora, para hablar con sus hijos. Como la veía siempre que pasaba por ahí hacia las once de la noche, se lo comenté a un compañero que vivía en ese barrio y él me contó la historia. Es difícil imaginar el dolor de las madres inmigrantes que dejaron sus hijos en sus países, o que cruzan el Estrecho con ellos sin saber si el mar será compasivo. Incluso cuando el mar les ofrece una oportunidad, el político de turno se lo niega.


4.- ¿Se debe ir a la cárcel por no tener los papeles españoles?

Depende de tu origen. Yo no conozco un centro de internamiento para chinos, rumanos o latinoamericanos sin papeles. En cambio sí que hay varios para los negros sin papeles. Por eso hablamos de “racismo institucional”. Si un negro hace footing en los parques de Madrid, la primera impresión es que huye de la policía. Si un policía de paisano detiene un “moreno” (como dicen los españoles educados) en el Metro de Madrid, todo el mundo da por hecho que algo ha hecho. Si los policías entran en los comedores benéficos para identificar a “los de color” (como dicen los españoles educados), eso no es persecución racista porque los negros son siempre sospechosos. Naturalmente que el policía nacional de turno cumple órdenes (aunque hay quienes dicen que cuanto más detenga, más sube su productividad y más se notará en su nómina). No es ningún secreto que la identificación indiscriminada de los africanos en Madrid ha rozado a acoso policial bajo las órdenes de la ex delegada del gobierno en Madrid (ahora número dos en la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid). Es fácil equivocarse de bando. Por eso en algunos casos es necesario un voto de castigo.

5.- ¿Es normal identificar inmigración con delincuencia?

En las últimas elecciones catalanas, la Sra. Camacho identificó a rumanos con delincuencia, aunque después dijo que no había leído el folleto popular en el que lanzaba su barbaridad. La derecha española sitúa el inmigrante sin documentos de residencia “fuera de la legalidad” y lo vincula directamente con la delincuencia. Basta con ver el telediario, ver ciertas cadenas de televisión o leer cierta prensa española. Para los profesores de la Universidad Pompeu Fabra, el vínculo entre inmigrante “ilegal” y delincuente no es fruto de la inferencia y de una interpretación, sino que es un vínculo explícito.


6.- ¿La sanidad es gratis para los inmigrantes?

Muchos creen que sí, igual que muchos creen que la sanidad es gratis para los españoles. El discurso del “co-pago” insinúa que la sanidad la paga el estado o la comunidad autónoma. ¿Pero quién paga el estado o la comunidad autónoma? ¿Alguien se fija en la nómina mensual cuánto ingresa a la seguridad social? La sanidad no es gratis, la pagamos entre todos. Lo único que hace el estado o la comunidad autónoma de turno es gestionar los recursos, que por cierto a veces los gestiona según su buen entender. Si la sanidad no es gratis para los españoles, sería una estupidez creer que lo es para los inmigrantes. Tanta generosidad sería sospechosa. Un sin-papel no puede tener un médico de cabecera porque no tiene la tarjeta sanitaria. Todo aquel que tenga una tarjeta sanitaria en vigor no puede ser un indocumentado para el gobierno español, porque estará empadronado, con pasaporte. Los inmigrantes que trabajan se pagan su seguridad social, como debe ser. Y tienen derecho a ser atendidos en los centros de salud sin que nadie les mire de reojo.


Algunas conclusiones

1.-La izquierda tiende a pensar que la inmigración es un beneficio y una oportunidad. La derecha española cree que la inmigración es un problema y supone un coste adicional al Estado de bienestar.

2.- Los políticos españoles construyen sus discursos a golpe de encuestas. En las elecciones catalanas, el discurso de los candidatos populares bordeó el racismo antropológico; pero la semana pasada el Sr. Rajoy presentó sus candidatos en Madrid y rechazó tener ideas anti-inmigrantes porque de entre sus candidatos hay varios extranjeros, incluso un negro que es actualmente alcalde de un pueblo madrileño.

3.- La opinión pública no tiene todos los detalles en materia de inmigración. Para los profesores, la derecha “construye sus argumentos y los varía siguiendo prácticamente los índices de los resultados de la opinión pública (básicamente los procedentes del CIS) y las percepciones que tiene la ciudadanía de la inmigración”. Entiende que “el interés del ciudadano, y, por lo tanto, su opinión, es un argumento de autoridad que justifica las posiciones políticas”. En cambio la izquierda tiene una concepción crítica de la opinión pública, “en el sentido de que no da por sentada su autoridad sin cuestionar antes las razones de la existencia de las percepciones que profesa.

4.- Para la derecha española, todo inmigrante que no esté en situación legal no debe tener acceso a los servicios públicos: sanidad, colegios, vivienda protegida, etc. Así se evita, según su línea de argumentación, el “efecto llamada”. Por eso el acceso a los beneficios del Estado de bienestar está condicionado a los papeles, no a la condición humana. La izquierda española sostiene lo contrario: los beneficios de las políticas públicas de bienestar deben concederse a los inmigrantes en tanto que personas. No se debería negar asistencia sanitaria a personas por razón de su situación administrativa, especialmente a mujeres embarazadas, menores de edad y situaciones de urgencias.

5.- Todo aquel que viva en España paga impuestos indirectos (el 18% del IVA), aunque sólo sea utilizando un teléfono móvil. De modo que todos, inmigrantes y nacionales, contribuimos a la economía española, cada uno según sus recursos. Como debe ser.

6.- No cabe duda de que el electoralismo sobre inmigración contribuye a la emergencia y consolidación de extremismos y discursos con tendencias xenófobas, como ha ocurrido en las últimas elecciones en Austria, en Francia y Holanda o en Cataluña. Háganme caso y analicen los discursos que están bombardeando nuestros oídos en estas vísperas electorales. Corregidme si me equivoco.

viernes, 29 de abril de 2011

Por sus discursos los conoceréis

Estoy leyendo un informe elaborado por tres profesores de la Universidad de Barcelona sobre la inmigración. Cuando lo termine subiré una pequeña síntesis al blog. Al parecer el discurso sobre la inmigración viene condicionado por las tendencias políticas, no por un análisis racional. Para empezar, la derecha considera que la inmigración es un problema. Para la izquierda, la inmigración es un fenómeno social. A partir de aquí, los cachorros de los partidos políticos tienen barra libre para verter todo tipo de barbaridades sobre la inmigración, naturalmente cuidando de no salir de lo políticamente correcto.

Un discurso políticamente correcto (a mi entender, muy perverso), empieza por afirmar que se tiene muchos amigos inmigrantes que se han integrado bien en España. Enseguida busca una diana que no cause escándalos. Es más aceptable hablar de inmigrantes musulmanes que de inmigrantes negros. Es mejor despertar ciertos sentimientos que la gente pueda tener hacia los rumanos, como ocurre en Cataluña. Todos hemos oído discursos como “no cabemos todos”, “los inmigrantes cometen muchos delitos”, “el pañuelo musulmán es símbolo de sumisión” (dicho por alguien que no quiso votar la ley sobre la igualdad de género). A mi parecer, algunos políticos españoles se esfuerzan en acercarse a sus colegas italianos y franceses. Un colega italiano no dudó en pedir a la marina italiana para que hunda los barcos de inmigrantes en alta mar. Lo curioso es que estos políticos españoles se consideren conservadores y católicos de comunión diaria, como aquel político catalán que no esconde ni su odio a los inmigrantes, ni su fervor católico. Si Dios existe, debería mandarle un castigo para que se convierta y no vaya al infierno (lo digo por el bien de su alma). Yo me niego a compartir mis creencias cristianas con un tipo así.

Yo supongo que algunos militantes de estos partidos anti-inmigrantes (o sea, anti-seres humanos, anti-Dios) van a misa. Me pregunto a qué tipo de Dios rezan. No me extraña que se nieguen a comulgar bajo las manos de un cura inmigrante. Un amigo mío dice que aquellos que nos evangelizaron necesitan ser evangelizados. Pero yo creo que ellos pusieron a Dios al servicio de sus intereses personales. Enseñan un Dios en quien no cree; aconsejan los valores que repugnan; predican la castidad después de acostarse con sus queridas; rechazan a los homosexuales pero abusan de los niños indefensos. Los buenos cristianos deberían hablar, rechazar públicamente el comportamiento de sus hermanos. Sigo creyendo, como antaño, que un Dios que puede confundirse con el mal no puede ofrecerse al mundo como remedio a sus males.

viernes, 22 de abril de 2011

La Mandona

Hay quienes decían que llevaba los pantalones tan ajustados porque le gustaba hacerse daño. Otros decían que no estaba bien atendida en casa (“mal no sé qué”), que por eso estaba siempre de mal humor. No faltaban quienes sentían pena por sus ojos de gata en una cara tan poco sonriente. Sus estados anímicos eran tan cambiantes que sus súbditos no sabían cómo comportarse en su presencia. Su ascenso en los puestos de responsabilidad no correspondía ni a su capacidad para motivar al grupo, ni a sus conocimientos en los servicios que ofrecía la empresa. “Trepa”, murmuraban algunos. Otros no dudaban en llamarle “chupa no sé qué”. En estas tierras siempre se exagera, sobre todo cuando hay algo de envidia. Es cierto que esa jefa vivía como si mañana no fuera a morir, y pensaba que la multinacional era de su propiedad. Es cierto que vencer y humillar era inseparable para ella. Si te enfrentabas a ella te machacaba. Si te sometía, te machacaba igual. Lo inteligente era evitar encontrarse con ella. Probablemente la etología podría aportarle un poco de luz: los animales vencen pero nunca humillan. Pero ya se sabe que es fácil hablar, que coordinar acertadamente un grupo de personas no es fácil. De modo que hay que ser generoso con los mandos intermedios. Ellos también son humanos. Seguramente en su soledad se sienten tan débiles como los demás, tan necesitados de un poco de cariño como todos, tan vulnerables como sus súbditos. Pero deben aprender a respetar a sus súbditos, a motivarlos positivamente, a unirlos en lugar de dividirlos, a valorarlos en lugar de machacarlos. Es un error vivir como si un día no fuéramos a morir. De hecho la experiencia de la muerte redimensiona nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás. No he visto gente tan humana como aquellos que tienen conciencia de haber estado a punto de morir. Tal vez los jefes deberían tener la experiencia de la muerte para darse cuenta que el mundo no se acaba con sus decisiones.

sábado, 26 de febrero de 2011

Alexis Kagame: Filósofo, lingüista, poeta, historiador, teólogo y sacerdote ruandés (Mugambazi, 15 mayo 1912 - Nairobi, 2 diciembre 1981)

A los doce años nadie de mi colegio me ganaba recitando la poesía de Alexis Kagame (Indyoheshabirayi). Más tarde, en la escuela secundaria, un profesor que había sido alumno de Kagame nos maravillaba contándonos sus virtudes. Aunque queríamos ser filósofos como él, no logramos leer todas sus obras. Hace un par de años tuve la ocasión de leer algunos libros suyos como La philosophie bantu comprarée y su colaboración en el famoso libro de varios estudiantes negros en los años 1950 (Des prêtres noirs s’interrogent) en el que se reivindicaba el derecho a pensar (On a assez longtemps pensé nos problèmes pour nous, sans nous, et même malgré nous). Recientemente he estado leyendo un trabajo de un amigo en el que el nombre de Kagame aparece con frecuencia. Definitivamente, Alexis Kagame es un orgullo para los ruandeses.

Nació el 15 de mayo de 1912 en Mugambazi, en la provincia de Kigali. En 1925 empezó los estudios primarios en Ruhengeri (noroeste de Ruanda). En aquel entonces sólo se enseñaba lectura, escritura, cálculo, catecismo y la lengua swahili. Cuando los alumnos terminaban esta formación trabajaban de secretarios para la autoridad colonizadora. A Kagame le costó seguir la enseñanza porque, como contaba él, pensaba erróneamente que cada letra del alfabeto tenía su libro y que para dominar el alfabeto había que leer todos los libros. Pero terminó su formación en 1928, año en que fue bautizado por el P. Desbrosses en Rwaza quien le mandó al Seminario Menor de Kabgayi. Como era bastante mayor para entrar en un Seminario Menor, sus compañeros se mofaban de él y pensaban que no iba a ser capaz de terminar los estudios. Efectivamente en el primer semestre sacó mala nota, pero a partir del segundo semestre ocupó la primera plaza. Cuando terminó el cuarto curso, sus profesores le dieron los manuales del curso siguiente para ver si era capaz de estudiar por su cuenta durante las vacaciones de verano. Al inicio del curso le hicieron los exámenes y aprobó todas las asignaturas del quinto curso, razón por la cual le matricularon directamente en el sexto curso. No pudo ser primero de clase porque había asignaturas de quinto que no había estudiado. Pero aún así terminó con sobresaliente.

En 1933 entró en el Seminario Mayor (campus de Kabgayi) para estudiar Filosofía. Unos años después se marchó al Campus de Nyakibanda para cursar Teología. En todos los cursos era primero de clase. En Nyakibanda, durante una velada en la que estaba invitado el Rey Mutara III Rudahigwa, Kagame impresionó al monarca con su disertación sobre la poesía ruandesa. Cuando el rey le preguntó dónde había aprendido esa poesía y él le contestó que lo aprendió de un tal Sekamana y otros dos poetas, el rey le contestó que los conocía pero que no eran de los mejores. Le prometió enviarle los mejores del Reino y así lo hizo. A partir de entonces nació una relación entre los dos, tanto que hay quienes afirman que Kagame formaba parte de los consejeros del monarca (Abiru).

Ordenado sacerdote en 1941, Kagame fue destinado a Gisagara donde redactó un libro sobre la poesía ruandesa (La Poésie dynastique au Rwanda, 1951). En 1950 fue enviado a Kabgayi para trabajar en la redacción del periódico eclesiástico Kinyamateka. En 1952 fue enviado a Roma, en la Universidad Greogoriana. En cuatro años se doctoró en Filosofía. En 1956 fue nombrado profesor de Filosofía en Groupe Scolaire de Astrida (provincia de Butare) y en el Seminario Menor de Kansi, del que más tarde sería nombrado Rector.

Entre 1947 y 1962 fue miembro del Grupo de los Expertos Independientes en el Consejo de Europa en Strasbourg (Francia) y miembro del Consejo de Administración de Ruanda-Urundi (entonces los belgas habían reunificado Rwanda y Burundi, aunque eran territorios independientes antes de la colonización).

Cuando fue fundada la Universidad de Ruanda en 1963, Kagame fue nombrado profesor de Historia de Rwanda. En 1971 fue nombrado profesor de Cultura africana en el Seminario Mayor de Nyakibanda. Al año siguiente fue nombrado Profesor visitante de Historia de África del Este en la Universidad Congoleña, campus de Lubumbashi. En 1972 dejó el cargo de Rector de Kansi que ocupaba desde 1969 y se dedicó por completo a la investigación. Escribió el primer libro de la historia de Rwanda , Un abrégé de l’Ethno-Histoire du Rwanda (1972) y Un abrégé de l’Histoire du Rwanda de 1853 à 1972. El 05 de julio de 1979, el presidente Juvénal Habyarimana le entregó la Medalla de “Officier de l’ordre Nacional des Grands Lacs”, y el 04 de julio de 1981 fue nombrado Prelado de Honor por el Papa Juan Pablo II. Unos meses después, el 02 de diciembre de 1981, murió de infarto en un hospital de Nairobi (Kenya), convirtiéndose en el primer negroafricano que goza de título de Filósofo. Hoy día es la base referencial para cualquier investigación sobre la cultura bantú.

Algunos de sus libros suyos:
-Inganji Karinga (1943)
- Indyoheshabirayi
-Isoko y’Amajyambere, 3 vol. (1949–51)
-La Poésie dynastique au Rwanda (1951)
- Le Code des Instituciones Polititiques de Ruanda (1952)
-Introduction aux grands genres lyriques de l’ancien Rwanda (1969)
- La Philosophie Bantu Ruandesa de l'Être (1956)
- La Philosophie Bantu comparée (1976)
-Umulirimbyi wa Nyili-ibiremwa, 3 vol. (1950)
-Matabaro ajya Iburayi (1938–39),
-Umwaduko w’Abazungu muli Afrika yo hagati (1947).

Sobre Alexis Kagame escribieron:
-Bontinck Frans, In Memoriam Alexis Kagame, RAT (Kinshasa) 11(1982)113-1-15.
-Harroy Jean Paul, "Alexis Kagame", Bulletin de l'ARSOM 28(1982) 66-78.
-Hategelimana G, 1988, 20 (numéro spécial de Education, Science et Culture).
-Hategelimana G., Education, Science et Culture, 1982, 1, p.143-163.
-Hulstaert G., "Alexis Kageme", Réflexion (Grand Séminaire de Bamanya, Mbandaka)
-Mudimbe Valentin Y., In memoriam: Alexis Kagame (1912-1981). In: Recherche, Pédagogie et Culture, Paris. 1982. Nr. 56, S. 74-78.
-Nzabatsinda Anthére, Poésie humoristique et nationaliste chez l'Abbé Alexis Kagame, Congrès du CIEF, 26 mai au 2 juin 2002, Abidjan.
- Nzabatsinda Anthére, The Aesthetics of Transcribing Orality in the Works of Alexis Kagame, Writer of Rwanda, in: Research in African Literatures 28(1997)1,98-111
-Vidal Cl., Alexis Kagame, entre mémoire et Histoire, dans History in Africa 15(1988)493-504
-Vinck H., La correspondance Hulstaert-Kagame, Annales Aequatoria 16(1995)467-588.

domingo, 20 de febrero de 2011

Mgr. Aloys Bigirumwami (22 diciembre 1904 - 3 junio 1986)

Durante la transmisión de su funeral en la catedral de Nyundo (oeste de Rwanda), los periodistas dijeron que una lluvia suave empezó a caer en el entorno del templo y que una luz que bajaba del cielo señalaba el lugar exacto donde reposaban sus restos. Veo normal que los rwandeses quisieran ver la intervención divina en la despedida de su primer obispo.

Había nacido en 1904 en la parroquia de Zaza (misión fundada al este de Rwanda por los Padres Blancos en 1900), de padres católicos. Con 10 años, su padre Joseph Rukamba le envió al Seminario Menor de Kabgayi (centro de Rwanda). Después pasó al Seminario Mayor y fue ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1929. Párroco de Muramba (1933) y de Nyundo (1951), el 01 de junio de 1952 fue ordenado primer obispo nativo y se encargó de la diócesis de Nyundo, con más de 54.000 católicos.

Compaginó su labor pastoral con la recopilación de la tradición oral de la historia y literatura rwandesa. Cuando se jubiló el 17 de diciembre de 1973, siguió recopilando la tradición oral hasta que murió de infarto a los 81 año, en el Hospital de Ruhengeri. Los que éramos adolescentes le recordamos por la ilusión que nos producía hojear “Hobe”, una revista estudiantil que fundó en 1954 y que se solía regalar a los estudiantes más aplicados (“Gu-hobe-ra” es abrazar. Cuando una madre abraza a un hijo que hace tiempo que no ve le dice “Hobe” como señal de alegría por el encuentro. Sólo las madres saludan de esa forma). Así como “Hobe” es una referencia en nuestra juventud, los libros de Mgr. Bigirumwami son la base imprescindible para entender la historia de Rwanda.



Algunos de sus libros:

1- BIGIRUMWAMI, A., Imihango n'imigenzo n'imiziririzo (Nyundo 1964). Sobre las costumbres rwandesas.

2- BIGIRUMWAMI, A., « Les rites rwandais autour de la mort », in Colloque: Ethique chrétienne et valeurs africaines (Kinshasa 1969, pp. 40-58)

3- BIGIRUMWAMI, A., Ibitekerezo, ibyivugo, amahamba, indirimbo, imbyino (Nyundo 1971). Sobre el pensamiento, la poesía, el cántico y el baile rwandés.

4- BIGIRUMWAMI, A., Imigani miremire (Nyundo 1971). Los cuentos rwandeses.

5- BIGIRUMWAMI, A., Umuntu vol.I: Jyejyejyewe-Jyejyenyine (Nyundo 1983). Sobre el hombre y Dios.

lunes, 14 de febrero de 2011

Padiri Karoli

Jesús Ibáñez le llama “el misionero”. “El santo”, le llaman algunas beatas de su pueblo abulense (me contó una amiga). Pero en Rwanda se le reconoce por Padiri Karoli. No quiso seguir la vocación militar de su familia y se metió en el Seminario y acabó celebrando Misas en las aldeas centroafricanas. Fue el primer blanco con quien entablé una conversación interesante, a finales de los años ochenta. Por entonces ya sabía decir insultos y tacos en nuestra lengua (habla perfectamente español, francés, kirundi, kinyarwanda). La verdad es que me sorprendió lo bien que hablaba la lengua local. Visitaba a los enfermos en sus casas de barros, y no le incomodaba sentarse en la tierra para crear un ambiente de cercanía y escucha activa. En su coche viajaba siempre acompañado por alguien porque todo el mundo que le veía le paraba para que le acercara a algún sitio. Los domingos solía celebrar la Eucaristía en tres o cuatro templos muy separados. En la última Misa a penas se le oía porque estaba agotado. Como seguía la costumbre de no tomar nada antes de las Misas, siempre acababa sin fuerza. Cuando tenía convivencia con los jóvenes lejos de la casa parroquial, comía lo que comía la gente. ¡Incluso utilizaba las letrinas tradicionales!

Durante un tiempo estuvo haciendo la pastoral en las cárceles de Rwanda. Incluso llegó a pagar multas de las gentes que habían robado cañas de azúcar para comer y acabaron en las cárceles gubernamentales. No tenía miedo para enfrentarse a los señores de la guerra, si bien es verdad que en aquellos años un forastero (negro o blanco) era intocable para los rwandeses. Cuando las matanzas empezaron en Burundi, cogió el coche, cruzó todo Rwanda para visitar a los familiares de los estudiantes burundeses, compañeros de congregación. La verdad es que nos sorprendió su atrevimiento, tanto que su superior le llamó insensato. Pero cuando volvió y redactó las cartas para sus estudiantes en Europa, se le veía orgulloso de haber conseguido tranquilizar a los chicos con su visita.

Yo creo que Padiri Karoli fue feliz en Rwanda hasta que llegó la guerra. Entonces empezó a atender a los desplazados de guerra, a discutir con los militares por su mal comportamiento, a enfrentarse con los temidos guerrilleros (una vez, éstos le retuvieron varias horas cuando había llevado la comida a los campesinos que se supone estaban en zonas seguras bajo protección de los Cascos Azules). Se hizo fabricar una cruz con los casquillos de balas y la llevaba colgando en su pecho. Hasta que una noche le comuniqué que el presidente había muerto en un atentado de avión, y las cosas se precipitaron. El miedo que hasta entonces se quedaba a la puerta de nuestra casa, penetró en el interior de nuestro hogar y temimos por nuestras vidas.

Vivimos juntos experiencias límites. La última vez que vi a mis viejos me acompañaba él. Estuvimos varias horas bajando y subiendo las montañas porque los coches no podían circular. Llegó un momento en que cada paso que dábamos nos acercaba más a la muerte. Llegamos a ver los combates a menos de un kilómetro. Todavía recuerdo el estruendo de las bombas que llamaban “katiyusha” y las llamas de kalachnikov (el arma más preferido por los soldados africanos). Comimos con unos amigos y por la tarde localizamos a mis viejos. Media hora estuve con ellos, hasta que la gente empezó a decir que el campo de desplazados estaba cercado por los uniformados. Salimos de allí corriendo. “Kibuno mpa amaguru” o como se dice por aquí, “piernas, ¿para qué os quiero?”. ¡Nunca había visto un blanco correr tanto! Por el camino nos cruzamos con uniformados y más tarde supimos que algunas personas con quienes estuvimos comiendo habían sido asesinadas. Un par de días después las cosas se complicaron mucho y cada cual se tuvo que buscar la vida. Semanas después nos encontramos de nuevo, lejos del infierno de Rwanda, ambos intentando adaptarnos a la nueva realidad. Digo que ambos tuvimos que adaptarnos porque él se había hecho un rwandés más. Afortunadamente nos adaptamos bien, cada cual en lo suyo: yo en el paro, él de párroco en el sur de España.

No sé si Padiri Karoli sigue pareciendo ingenuo y generoso como antaño. No sé si piensa publicar sus memorias en Rwanda. Supongo que si algún día lo hace no contará todo. Yo tampoco. Pienso que los recuerdos positivos son sanativos y son los únicos que merecen ocupar un lugar en nuestro corazón. El resto es porquería. Tal vez él siga aspirando a ser santo, pero para muchos seguirá siendo Padiri Karoli, un hombre que supo estar al lado de los últimos de la tierra. Seguramente se quedó marcado por la barbarie de la guerra de Rwanda, igual que nosotros. Otros como el entonces jefe de Cascos Azules (General Dallaire, canadiense) han intentado quitarse la vida varias veces porque el trauma sigue allí.

Entre nosotros no solemos hablar de las heridas de la guerra porque son muy profundas y la mayoría de las veces no interesan a nadie. Tampoco hablo de ello ni con mis amigos, ni con mi familia. “Kila mtu atachukua mziko wake wenyewe” (swahili: cada cual carga con su saco) y “agahinda k’inkoko kamenywa n’inkike yatoyemo” (kinyarwanda: sólo el gallinero conoce la tristeza de una gallina). Como sospecho que sigue arrastrando las heridas de la guerra, evito intencionadamente dar más detalles de su vida. Tampoco he perdido tiempo buscando sus defectos, porque sé que los tiene (como todo el mundo). Que los cuente él, si quiere. Simplemente he querido recordar un hombre que sigue presente en el corazón de muchos rwandeses. Hace unos días me sorprendió agradablemente que mi viejo me preguntara por él (claro que eso fue antes de tener algo así como parálisis cerebral o “veneno” (uburozi) como dicen ellos). En cualquier caso, Padiri Karoli debió dejar buenos recuerdos en Rwanda. La historia podrá otorgarle el título de santidad o no; Jesús Ibáñez podrá seguir llamándole “el misionero”; los estudiantes podrán seguir llamándole "Johny" y sus feligreses podrán seguir llamándole “el párroco”. Para los rwandeses será siempre Padiri Karoli.